Wednesday, March 11, 2015

La fuerza de la sangre

Desde el principio de esta novela ejemplar, Cervantes nos indica que la belleza de Leocadia provoco el deseo sexual de Rodolfo y en pocas palabras nos indica que es su culpa lo que le sucedió. 

Ejemplo del texto:
“Pero la mucha hermosura..comenzó de tal manera a imprimírsele en la memoria, que le llevó tras sí la voluntad y despertó en él un deseo de gozarla a pesar de todos los inconvenientes que sucederle pudiesen”.

Para poder restaurar su honor, Leocadia debe casarse con Rodolfo porque las otras opciones aceptadas no son posibles para ella. Por ejemplo, Leocadia no puede meterse al convento porque tuvo un hijo y no puede casarse con otro hombre porque no es virgen. La única manera en que Leocadia puede restaurar su honor y el de su familia es casarse con su propio violador. Es irónico porque “su victimizador llega a ser su salvador”. 

Ejemplo del texto:
“Cuando yo recordé y volví en mí de otro desmayo, me hallé, señor, en vuestros brazos sin honra; pero yo lo doy por bien empleado, pues, al volver del que ahora he tenido, ansimismo me hallé en los brazos de entonces, pero honrada”. 

Cervantes ha creado un “final feliz” porque termina la novela con el matrimonio de Rodolfo y Leocadia de forma que Leocadia pueda restaurar su honor sin ser castigada, pero Rodolfo queda sin ser castigado por sus acciones. Se cree que esto era “una estrategia que cumple con las expectativas narrativas del púbico lector de la época”. 

Ejemplo del texto:
“Llegóse, en fin, la hora deseada, porque no hay fin que no le tenga. Fuéronse a acostar todos, quedó toda la casa sepultada en silencio, en el cual no quedará la verdad deste cuento, pues no lo consentirán los muchos hijos y la ilustre descendencia que en Toledo dejaron, y agora viven, estos dos venturosos desposados, que muchos y felices años gozaron de sí mismos, de sus hijos y de sus nietos..”. 

Edward H.Friedman, indica que “The novella is about crime but not about punishment, about marriage but not about love, about justice but not about poetic justice”. 

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